4 de julio de 2007

Mantenimiento de las personas.

Me he estado fijando que el mantenimiento, es un negocio claramente rentable en la mayoría de sectores. Teniendo en cuenta que vivimos, los que vivimos, en un mundo tecnologizado y ampliamente mecanizado, una multitud de cosas que usamos habitualmente, están expuestas a averías más o menos frecuentes, cuya complejidad hace que no sean fáciles de reparar por uno mismo. De este modelo surge todo un sector o negocio, que ya no solo se dedica a arreglar, sino que planifica revisiones periódicas en muchos casos, con tal de prevenir posibles problemas futuros.

Y yo me pregunto ¿quién hace el mantenimiento de las personas? Es curioso que dicha palabra, solo venga relacionada con la gente en relación a una de las principales preocupaciones contemporáneas: el cuerpo; es decir, hay lo que conocemos como gimnasia de mantenimiento. Alguien me podría decir que los médicos realizan esa función, pero los doctores de nuevo hacen especial hincapié en la parte más física de nuestro cuerpo, aunque desde el prisma amplio de la salud. Y yo me vuelvo a preguntar ¿no somos las personas extremadamente complejas más allá de nuestro cuerpo? ¿Qué pasa con los sentimientos, los pensamientos, nuestros comportamientos y las relaciones que hay entre todo ello? Para eso están los/las psiquiatras y psicólogos/as me dirían otros u otras. ¿Pero se recurre a estos profesionales siempre y para prevenir o solucionar problemas que no sean extremadamente graves?...

A mi con todo esto, me surge cada vez con más fuerza la necesidad de que esté más normalizado el concepto de educación a lo largo de la vida. Un "mecanismo" sencillo para entendernos mejor a nosotros mismos y a los demás, permitiendonos progresar al ir aprendiendo cosas nuevas sobre todo tipo de áreas y temas diversos. Creo que ese es el mejor servicio de mantenimiento que podemos tener las personas.

Dos formas equivocadas de educar