Decían en alguna de las muchas cuñas publicitarias aparecidas durante las últimas semanas, algo así como que en relación al gran evento deportivo “eligiésemos bien con quien íbamos a verlo, porque no lo olvidaríamos nunca”...
Todo va por el camino que cualquier aficionado español y holandés soñaba, incluso para ese otro buen número de personas que eso del fútbol nunca les atrajo, pero que andan divirtiéndose estos días a un paso de la gran victoria. Es aquello que sabía Mandela de que el deporte puede unir de forma extraordinaria a las diversidades de un país.
Yo sin embargo no he podido estar junto a quien hubiese deseado; mi amiga, mi compañera, mi gran amor.