22 de marzo de 2012

Habana blues y los reencuentros en la 2

Me encandilé otra vez con ese algo, divertido y sensual, brotado hasta por el último poro de la piel de muchos de los nacidos en aquella isla.

Pensé nuevamente en el torrente de ingenio, asqueo, belleza y talento por igual de tantos de sus pobladores, proyectados dulcemente en esos personajes que consiguen atraparme.


Bailé y me emocioné con una banda sonora que, por momentos, es capaz también ahora de atravesarme un nudo en la garganta.

Lloré viendo la escena de una huida de lo querido y asfixiante en la misma intensidad, pasado algún tiempo desde que turbara mis sentimientos aquella primera vez.

Y me recreé con una Habana mucho más reconocible, cercana y entendible ahora que entonces, para quien suscribe estos agolpados y escasos renglones.