18 de octubre de 2007

Las casualidades no siempre lo son.

He visto el reciente programa de TVE “Tengo una pregunta para usted”. Ese en el que gente del pueblo, elegida con mecanismos estadísticos, pregunta cosas directamente a los políticos. Estuvieron los lideres de Izquierda Unida, Convergència i Unió y Esquerra Republicana de Catalunya. Ha sido interesante desde mi punto de vista. He escuchado ideas, reflexiones, debate, un discurso más fresco de lo habitual... Entre todas las personas que han participado, lógicamente se intuían diversidad de posturas y planteamientos tanto por sus interrogantes como las replicas. Hasta ahí nada de extrañar, es más, eso es lo deseable en democracia ¿no? Cada uno o una ha cuestionado según lo que pensaba a su interlocutor, comportándose de forma respetuosa.

Ha sido en el turno de Carod-Robira cuando ha pasado lo triste, lo lamentable. Dos personas, una hombre otra mujer, una joven y la otra no, una titubeante y la otra altiva, pero eso si, las dos con marcado ademán conservador y mira tu que cosas de Castilla y León (Valladolid para más INRI) han sido quienes de manera análoga han querido mostrar su desacuerdo con “lo catalán”, diciendo forzádamente el nombre de este representante traducido al castellano. Esto ha molestado al político, que les ha interpelado diciendo que él así no se llama y pidiéndoles abruptamente, también es cierto, que lo pronunciaran como es en realidad su verdadero nombre. Y es que resulta que en castellano, para quien no lo sepa, hay acuerdo de que no se traducen los nombres propios…

La “inteligente”, “culta” y “nada agresiva” contestación de dichas personas, fue decir que no “entienden” catalán, ni tienen ningún interés en “aprenderlo”. Ahí es nada… El vicepresidente de la Generalitat les ha dejado en evidencia con tres astutas preguntas: ¿Por qué dice usted entonces cualquier nombre de actor, político o deportista conocido en otro idioma que tiene traducción al castellano? ¿Y como es que necesita tanto tiempo para aprender a decir Josep Lluís y si sabe decir Schwarzenegger o Schroeder (excanciller alemán)? ¿Cómo quieren que estemos cómodos en España con esa actitud?

Y así, al margen de la ideología de cada cual, nos han enseñado gráficamente porque a cada uno le va como le va siendo quien es. Al fin y al cabo estoy de acuerdo con Arturo Pérez-Reverte en que las sociedades tienen los políticos que se merecen. Eso y que quien no sabe defender sus ideas con argumentos sólidos en democracia, solo sabe “tocar los cojones”… o “volarlos” si tiene ocasión.

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