Hay una clase de música que me gusta desde hace muchos años. La fui descubriendo en el tristemente desaparecido programa de radio Diálogos 3 (del cual sus oyentes mantienen cierto espíritu) y gracias a Internet es posible encontrar algunas de las maravillas de los desconocidos autores que allí uno descubría.
Cuando ahora escucho algunas de estas melodías, tan pronto las sigo disfrutando intensamente, como me invade un profundo estado de melancolía. La felicidad y el bienestar -seguramente nunca bien transmitido- que acompañó a esa “banda sonora” me desconcierta, generando ahora tanto bienestar como tristeza.
1 comentario:
Hola.
A mi me pasa lo mismo, pero la balanza se inclina mas por la tristeza. besos. Primi
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