18 de noviembre de 2007

Paisajes humanos: Visita de los Reyes.

El pueblo: Un grupo no muy numeroso de personas. Allí se encontraban los curiosos, afanados en hacerse fotos con el móvil. También estaba el trío de patriotas, ondeando la bandera de España durante largo rato y encargados en su momento de lanzar los típicos ¡Viva tal! Deambulando por ahí, para mosqueo de los de la secreta, algún solitario con pinta rara según ellos. Por otro lado la mamá a la que escuché decir que había sacado a su hijo del colegio –Opus Dei por el uniforme- para que viera a los Reyes. Correteando por el parque, para desquicie de sus profes, los niños y niñas de un colegio público. Al fondo, pancarta en mano, el grupo de Benavente reivindicando un hospital para su ciudad. Y finalmente una mezcolanza de jubilados, señoras y adolescentes comentando de todo un poco y sobre todo el famoso ¡¿Por qué no te callas?!

Los dirigentes: Aparecieron en una interminable ristra de coches oficiales con sus lunas tintadas y antenitas por el techo. Además, unos cuantos autobuses de superlujo para los y las acompañantes. Ellos todos de riguroso traje gris oscuro de excelente paño, peinados con perfecta raya al lado y jugando a ser diferentes por el color pastel de sus corbatas. Ellas vestidas como para ir de boda, con los consabidos encajes, gasas y tules; como en casi todas las bodas. Y entre los unos y las otras, el orondo obispo con su extraño atuendo de gala; como salido de una película de otra época. Todos desfilando por la alfombra roja sabedores de su enorme poder y luciendo orgullosos su estatus.

El circo mediático: Primero se percibe al montón de reporteros que están a este lado del cordón policial. Cada uno con su puntito; la seriedad del chico de Antena 3, el "fashion-victim" de las Mañanas de Cuatro, la teatralización exagerada de las chicas de Está pasando y el Tomate, el espectáculo de entrega desaforada de camiseta de los de Caiga quien caiga -adivinar el mensaje de la misma-… Curiosamente cada uno de sus micrófonos acompañado de un cámara joven, chico y con pintas "grunge". Luego al margen, porque aquí por lo visto también hay clases, están las periodistas que lucen tarjeta de acreditación. Todas mujeres, muy arregladas y con tacones, a excepción de la de Radio Nacional. Moviéndose como pez en el agua y con cierto ademán altivo entre el público, autoridades y conexiones en directo.

La seguridad: Posiblemente el grupo más numeroso. Estaban los de la seguridad de la Casa Real, con su traje impoluto, gafas de sol y pinganillo transparente. Acordonándolo todo, un montón de corpulentos policías nacionales de uniforme azul marino ajustado, gorra calada de una talla menos y pistola en el muslo a modo futurista. Luego los guardias civiles, encargados de movilizar a la comitiva y que ya no se ponen el tricornio, sino una boina azul de medio lado. Tres superjefazos de los diferentes cuerpos, con traje de gala lleno de galones y condecoraciones. Algunos policías más apostados en la azotea metralleta en mano. Otro medio centenar de policías municipales con su chaleco reflectante, en todas y cada una de las intersecciones cercanas al lugar. Y claro para remate, los escoltas de cada uno de los políticos de turno, también con traje pero con menos pomposidad. Un enorme despliegue entre motos, coches blindados, vehículos oficiales, furgones y "la de Dios es Cristo".

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