26 de diciembre de 2007

El viaje de nunca acabar.

No pensé que sacar unos billetes de tren pudiera ser tan complicado, por no decir tormentoso, pero me equivoqué una vez más al confiar en que las cosas se organizan por lo general bien. Juzguen ustedes mismos y no pierdan detalle aunque sea larga la cosa. Todo empieza con el anuncio a bombo y platillo por parte de RENFE, de que “han mejorado” su portal de Internet para facilitar más servicios, incluida la compra de billetes con grandes descuentos. Estupendo, pensé. Ya había tenido alguna mala experiencia en la estación, con alguno de sus pseudo-funcionarios que no cumple ni una sola de las habilidades que requiere su puesto, así que creí que no volvería a tener que soportarlo.

Al meterme en la página a primera vista me resulto sencilla. Fui animado a picar de inicio en el apartado de nuevos descuentos y este ni se inmutó. Mal empezábamos. Sin perder la confianza traté de enlazar con el apartado de venta de billetes y ahí lo que apareció, desconcertantemente, fue información sobre tipos de descuentos, pero sin posibilidad de elegir nada porque nada era enlace. El remate de la jugada estaba en un extremo, avisando de que es necesario tener instalada una última versión de algo en el ordenador para ver correctamente la página. Y yo pensé “si mi ordenador que es bastante nuevo no lo ve, ¿quien lo puede ver entonces?”. ¿Y por qué tengo que descargarme nada si luego es fácil que de problemas? Finalmente, y ya mosqueado, intento ver por lo menos si hay horarios que me interesen; a partir del 8 de diciembre no figuraban trenes con mi destino –una capital de provincia-

Me armo de paciencia y me voy a “información” de la propia estación. Allí una señora a través de un cristal blindado, me suelta dos o tres ironías contra su empresa cuando le cuento que la página no va bien. Dice, muy molesta, estar igual de desinformada que yo y me da un 902 -teléfono barato como bien saben- a ver si ahí me pueden decir algo. Yo ya empiezo a alucinar. Llamo, que remedio, al dichoso número y ahí me cuentan todo panchos que por un lado tengo que desactivar los mecanismos de seguridad del ordenador, y por otro que las bases de datos no están actualizadas y tardarán unas semanas –esto en Navidades, con lo fácil que es quedarte sin billete como no seas previsor- Con todo conseguí comprar solo un ticket de los cuatro necesarios, no sin antes pasar toda otra odisea con un nuevo sistema de seguridad que emplea el maldito servicio. La cosa consiste en verificar tu identidad entre la empresa y el banco, poniéndose en contacto contigo a través del móvil. No digo que no este bien, pero tienes que darte de alta, conseguir el enésimo PIN de tu vida y todo así de repente y por sorpresa. Tampoco la del banco se enteraba un carajo ciertamente. ¡¡ Brrrrr !!

Ante la imposibilidad de conseguir todos mis billetes autónomamente, me acerqué una vez más a la estación para comprarlos como "to´la vida" y sin descuento. Por supuesto allí estaba el vendedor citado, tratando mal a todo el que se sentaba enfrente suyo. Tras 30 minutos de larga espera llegó mi turno, con el intento de colarse por parte de un tipo pese haber numeritos. La “suerte” definitivamente no estaba de mi lado. Esta vez me atendió un novato, pero muy, muy novato. Se equivocó sin exagerar 10 ó 12 veces con sonrisa nerviosa, y si no es por la ayudante que había a su espalda, no consigo el segundo de los cuatro billetes ansiados. Ahora resultaba que la venta de determinados pasajes es solo y exclusivamente 15 días antes, aunque para decírtelo incomprensiblemente te tienen que pasar la tarjeta de crédito. Me toca volver unos días más tarde cuando cumplía ese “extraño” y reducido plazo. El expendedor en esta nueva ocasión, un señor orondo y extrovertido, me dice para mi perplejidad que no le sale en el ordenador y que lo de los 15 días es “la teoría”, en la practica 14 o 13…

¿Saben cual es uno de los eslóganes de RENFE ahora?: Vamos al futuro ¿Subes? Y yo pienso que no se si están de broma.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Están de broma. Seguro.

Paco Luis dijo...

Hola Julio. Es lo que pasa, hay muy buenas intenciones, pero a la hora de llevarlo a la práctica todo se complica, incluso en organizaciones mucho mas pequeñas. Espero que todo se vaya normalizando, (que yo también quiero utilizar ese servicio...ja, ja.)

Elena dijo...

Bueno, pero al final llegásteis, eh? ;-)